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/// DATOS DE MERCEDES

DATOS HISTÓRICOS

En 1825 un grupo de vecinos requirió autorización para fundar el pueblo junto al arroyo Paiubre. Esta petición no prosperó por lo que insistieron en 1829, el 19 de agosto el gobierno provincial dispuso la elección del lugar donde se levantaría el pueblo.

Los terrenos donde se fundó Mercedes fueron donados por José María Gómez, la ciudad toma el nombre de “Mercedes” con la bendición de su iglesia el 23 de julio de 1835, proclamando a Nuestra Señora de Las Mercedes como santa patrona. El lugar dónde se emplaza la ciudad fue conocido con anterioridad bajo la denominación de Paiubre.

La creación oficial de la ciudad data de 1832, por decisión del Gobernador Pedro Ferré. Si bien se ha determinado que 1832 fue el año de fundación de Mercedes, no existe un Decreto que fije exactamente la fecha, es así que se toma como aniversario de la ciudad el día 5 de Julio, en memoria al donante de las tierras donde se alza la ciudad: Don José María Gómez ya que, aceptada la designación de Nuestra Señora de las Mercedes como Patrona del incipiente caserío, trae la Imagen de la Virgen y el 5 de Julio de 1832, se la proclama solemnemente y entroniza en la Capilla del Paiubre.

En 1835 el Gobernador Atienza rebautiza la ciudad bajo el nombre de Mercedes; en 1864 Mercedes toma categoría de Villa y en 1888 es elevada a la categoría de Ciudad.

SITIOS DE INTERÉS

EMBLEMAS

Escudo

Forma ovoide, cortado desigual, filera de sable y timbrado. Trae en el primer cuartel tapiz de azur. En palo, asentada en el segundo cuartel: una roca de forma piramidal invertida de su color y sable.

Trae en el segundo cuartel una subdivisión en arco en la faja de la punta con tapiz de plata y un lema toponímico en letras capitales de sable. Por encima, tapiz de sinople con un vacuno de su color pasante orientado a siniestra y un ovino de plata pasante orientado a diestra.

Como timbre un sol semipleno figurado de oro con veinticuatro rayos alternados flamígeros y rectos. El blasón está sobre una cartela de pergamino que asoma en punta y flancos con rollos curvados hacia atrás, de su color. Entre los rollos, ramos de laurel de sinople, dos a cada lado en corona abierta.

La figura dominante del blasón es la formación basáltica llamada Itá Pucú (Piedra Larga, en guaraní) curiosa roca llena de inscripciones que nuestros pueblos originarios consideraban sagrada. Los animales, la vaca y oveja, representan nuestra actividad productiva principal. El campo de color verde alude a la riqueza del suelo y el campo azul, al cielo. El sol simboliza la fuente de energía permanente, dadora de vida y felicidad. Por su parte, los laureles rememoran las glorias obtenidas a lo largo de la historia de la ciudad.

Bandera

Nuestra insignia mercedeña fue creada en 1995, a raíz de la convocatoria de un concurso público para que se presentaran distintos bocetos. Como resultado del certamen, fue elegido el del artista Gabriel «Cani» Zárate.

Poco después, la enseña fue aprobada por Ordenanza Nº 324/95 del Concejo Deliberante y bendecida el 29 de diciembre del mismo año.

Según el Artículo 2° de la normativa: «Representan en sus dos campos verticales el izquierdo blanco y el derecho azul celeste, los colores patrios y de la bandera de Corrientes, el contorno de la piedra Itá Pucú en el campo vertical blanco, recuerda uno de los principales emblemas de Mercedes; y en su interior se agrupan un ñandubay, árbol identificatorio del Departamento, con sus ramas cual largos brazos elevados a nuestro cielo libertario y con grandes raíces profundamente incrustradas en el suelo ancestral, que guarda celosamente el legado de nuestros antepasados y a cuya vera corre manso un arroyo con forma de guitarra el Paiubre místico y soñador, que transporta el legendario Irupé hacia un horizonte venturoso y esperanzado, enmarcado por el verde pujante de la actual producción arrocera del departamento. El símbolismo de la bandera complementa lo expresado en el escudo de Merdeces, referente a la identificación de nuestro pueblo.»

Himno

Estrenado en el primer centenario de su fundación, 5 de julio de 1932.

Letra de Carlos Alberto Castellán – Música de Rodolfo T. Cundom.

 

-recitado-

Firmes, los hijos de Mercedes, firmes

más que en la guerra en esta dulce paz,

los corazones juntos y latiendo

como uno solo en general compás.

Te veneraron ya nuestros abuelos

de luengas barbas y de chiripá

bajo las sombras de las tolderías

y en las bordonas del mbaracá.

 

-cantado-

Corrientes toda a festejar se apresta

el Centenario de la gran ciudad

a quien besara el día en que naciera

el sol de julio y de la libertad.

 

Mercedes, cuna de los hijos nobles

que te idolatran con ferviente amor,

tanto en la enseña de la Madre Patria

como en sus torpes armas de labor.

 

Gloria, Mercedes de Corrientes, gloria

cerebro y eje, y nervio y corazón

de la provincia gaucha que formara

con San Martín el patrio batallón.

 

Loor a ti, por otros muchos siglos

que han de tus hijos de otra edad, cantar

¡Loor a tus progresos del futuro

que alcanzarás con paz y bienestar!

 

-coro-

Hace un siglo este día

o cien años de luz

que nació de un establo,

como el Niño Jesús

esta Patria tan grande,

este pueblo natal,

al que hoy entonamos

nuestro Himno inmortal.

CARLOS ALBERTO CASTELLAN

Poeta, periodista, autor y compositor Carlos Alberto Castellán, nació en Mercedes, Provincia de Corrientes el 24 de Mayo de 1902.

En su adolescencia comienza a componer sus primeros versos como el poema “El Facón” que se publica en el año 1917. Posteriormente incursiona en el periodismo fundando en Mercedes la revista “Azul” y en “Curuzu Cuatia” las revistas “La Chispa” y “Ahora”. En 1932 obtiene «Medalla de Oro» en un certamen literario provincial con su leyenda «La chajá»

Paralelamente continúa con su intensa actividad periodística fundando el semanario bilingüe “Ñande Reta” y la revista estudiantil “La Escuela“. Con el nacimiento de la revista nativa «Ivera» en el año 1944, Castellán se convierte en un estrecho colaborador firmando poemas y cuentos camperos con su nombre y bajo el seudónimo de «Toriyá». A mediados de la década del 50 regresa a su ciudad natal donde colabora con el diario “La Razón”, mientras continúa su producción literaria que fue compilada en el libro “Corrientes en Verso”, que cuenta con varias reediciones y recibió numerosos galardones.
Pero es en el campo autoral donde apreciamos el mayor legado de Castellán a nuestro género, ya que es autor de cerca de 100 obras como “Yaguá Rincón”, “Caá Guazú”, “Camisa soró”, “Celestes y coloraos”, “Chaco ruguapé”, “Coé porá“, “Yaguá caré”, “Cordiona cangui”, “Elías Antúnez”, “Pago Largo”, “Opama la fiesta”, “Machete 22”, “Juan Ramón Vidal”, “La polvareda”, “Mojón collera” y “Mi fiel lucero”, por citar algunas. Se lo considera además como el pionero de las letras de chamame de tinte “patriótico” que tiene en “Sargento Cabral” a su más cabal expresión.  En su homenaje, se celebra todos los años en su ciudad natal un certamen nacional de literatura, cuyo primer premio lleva su nombre.

Don Carlos Castellán falleció en Mercedes (Corrientes) el 10 de Junio de 1969.